De movida, la iniciativa despertó cientos de críticas. "No buscamos polémica, ni llamar la atención, ni vender un modelo de vida a nadie. Buscamos tranquilidad. Hemos oído a gente decir que es una tontería hacer deporte sin ropa porque a las mujeres les pueden doler los senos al correr. Ser naturista no significa ser tonto: si a una mujer le molesta, se pondrá un top", dijo uno de los responsables del gimnasio, quien aclaró que no es antihigiénico porque se usan unas toallas especiales.
"Nosotros queríamos renovar y hemos puesto mucha ilusión", aseguraron cabizbajos los propietarios. Sin embargo, parece que las ganas no fueron suficientes para atraer a un público que hasta ahora sólo podía mostrar su desnudez en algunas playas de los alrededores de Bilbao.
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